sábado, 6 de diciembre de 2014

Fan raro

Resulta que un día, yo odié lo que muchos gustan. Con eso de amar a los animales, cualquiera estaría dizque obligado a dizque no comer dizque carne, verdad? Bueno, igual, aunque soy vegetariano, no me gusta tener animales por el simple hecho de que son animales que alteran su naturaleza y un montón de carreta.
Un día, iba caminando por la calle, cuando vi un cachorrito de color café, muy bonito. Inmediatamente, por alguna razón, quería tenerlo para mi, no por lo bonito, si no porque sería un gran amigo mío cuando creciera. Ese amigo que llega directo a la puerta de uno a menear la cola y repartir lo que creo que es alegría, pues luego de un dia tan dizque estresado, sentirme bien recibido, y tuve una gran fantasía sobre ello, hasta que me percaté que al fin y al cabo, si quería tener un perro. Entonces cuando quería tenerlo para mi, la fantasía fue arruinada, con que ya tenía un dueño (una chica) que lo quería, y que tenía novio. Entonces yo como que .l. y seguí mi camino retractandome de mi fantasía y negandome que realmente si quería un perro.

miércoles, 9 de julio de 2014

Luego de un largo tiempo sin ti

Me planteé muchas dudas, y muchas respuestas que no daban sin no puros circulos infinitos, y tanto, que me cansé. Dejé ese circulo y me creé uno mejor... Al menos lo intenté. Comencé a hacer otras cosas, y conocer gente nueva. Obviamente no funcionaba para nada, de hecho, solo hacía aferrarme al mismo pensamiento que tenía cuando estaba contigo: "Solo tú eres especial para mi; no te perderé." 
Salí de paseo, conseguí trabajo nuevo, viajé a muchas partes, ví películas solo, miré las posibilidades de hacer cosas solo y disfrutarlas, aprendí a ser independiente de tí, y más que eso, aprendí más cosas de mi mismo. No era lo que pensé que yo era cuando estaba contigo, de hecho, era mucho más, y tanto, que no podía verlo. Pero tuve que darme cuenta después de haber perdido el tiempo pensando tonterías de mí. Aún así, seguí pensando en tí, pero con el tiempo y el aprendizaje adquirido con el tiempo, ya mi pensamiento se convirtió en: "Solo yo, soy especial para mi: Nunca me perderé..." Y conforme pasaba el tiempo, conocí chicas que querían estar conmigo, y a pesar de eso, mi pensamiento seguía igual. Pensé que era egoísta, pero en el proceso, mi pensamiento decía también: "... así esté o no contigo, yo te guiaré." No hablaba de ti, ni de otra chica. Era yo mismo encontrándome. 
Luego de un largo tiempo sin tí, solo pude ver que nunca hiciste falta, porque siempre estarás ahí. Simplemente, era yo que no se daba cuenta que debía aprender algo que me hacía falta y eso era, aceptarme a mi mismo sin la necesidad de otros.

¿Qué espero de tí? Que lo pases bien. Respecto a mis recuerdos, los he olvidado. No porque me cause dolor o algo así, los he olvidado, porque ya no los necesito, y crearé unos nuevos, y comenzaré otro libro. Aunque pueda recordarlos, ya no tienen la importancia que alguna vez tuvieron.
Aún así, diré: "Te amo, gracias por todo."

El edén de las especies

Cansado luego de un largo día de trabajo, llego a casa y me desvisto como es habitual en mi, para llegar directamente a la cama, sin comer, ni nada. Tengo los músculos de la espalda y cuello, tensionados. En la cama, no puedo cerrar los ojos como hubiera deseado hace unos instantes; el dolor de los músculos tensionados me despierta. Mientras comienza a desaparecer lentamente mi consciencia, siento como la cama me invade del calor calmante que me lleva al mundo oscuro de las figuras geométricas. Suena la voz de alguien. Me despierto con un poco de descanso. Me levanto y atiendo la llamada. Debo realizar alguna clase de petición para esa noche, que no demora más de unas dos horas.
He regresado. Había que dejar un mensaje a alguien que no estaba. El dolor de músculos que padecía hace unos instantes, ya no lo siento, pero sé ahí está. Repito el mismo proceso. Abro la puerta y justo al frente, está la sala, toca recorrer un metro de pasillo mientras pienso en la rutina que he ido perfeccionando con el paso del tiempo. Siempre que paso mi sala hay algo diferente, no puedo dejar de pensar en qué pueda ser, pero sigo mi camino sin darle tanta importancia. Llego a mi cama con una extraña sensación; creo que he abierto una puerta sin saber en donde fue. Me siento en la cama, en boxer, y le echo mente a eso. Lo único que puedo recordar, es el sueño que tuve antes de ser interrumpido en mi hora de descanso. Ya son las 12 de la noche, y regreso de nuevo a la cama. Se repite en mi mente el sueño. Corría hacia un punto blanco en medio de la oscuridad, justo antes de despertar pensé que había entrado a alguna parte.

Veo el reloj de nuevo... son las 12:07 de la noche. No me entra el sueño aún. Trato de cerrar los ojos y en el proceso, olvido qué trataba de hacer. Me encuentro en un lugar lleno de gente. El lugar, es como un mercado de pulgas, pero nadie está vendiendo nada, simplemente son como regalos que se les da a las personas de paso. De repente, me encuentro hablando con una chica. Por el tono de su voz, ella me conoce y yo siento que la conozco. Pasan un rato y me percato de su forma. Ella, es pálida, casi gris, se le ven sus venas; tiene sus ojos plateados, son grandes, pero ella está bien, viste con un traje de una pieza muy sencillo de colores vibrantes. Es un poco mas pequeña que yo en definitiva. No tiene maquillaje, y veo sus labios; carnosos, y rosados. No he dicho mucho, pero sus pestañas son largas, su cabello es un rubio opaco. En medio de la conversación, me da la impresión de que sus ojos cambian de color. Siento una conexión muy profunda con ella, pero cada vez, voy tomando consciencia durante ese viaje. Estoy bastante sorprendido de los colores. Trato de ver donde estoy, fijarme en mejores detalles. Es un lugar de encuentro. Está ubicado en las montañas hacia lo alto. Veo por un lado, que estamos ubicados en la parte más alta. Abajo hay unos colores hermosos de aguas cristalinas, en las bifurcaciones, veo las montañas que forman los surcos; una tiene nieve, la otra pareciera estar en verano, pero hacia el otro lado, veo que está en otoño y primavera, montañas completamente separadas pero unidas por las dunas de luces que se mueven entre la noche y el día, movidas por formas de luces que apenas tocan "tierra" toman formas extrañas. Me doy cuenta que estoy soñando. La chica, tiene la forma de una "extraterrestre" pero no olvido lo que siento por ella, y sé que le sonrio. Con tanta consciencia que tengo en ese instante, recuerdo que también tengo cuerpo en la tierra y estoy pasando por mal momento de pareja. Pienso en la imagen de ella para visitarla, pero... el sueño comienza a desvanecerse. Mirando hacia atrás, la chica me toma de la mano y me dice que debo ser comprensivo, pero no siento sus palabras; rebotaron como rechazo o terquedad. Ella lloraba y si sentí las ganas de volver con ella, la chica del sueño, de quien no recuerdo su nombre. Sé que estábamos "hablando" de muchas estupideces, pero no recuerdo haber movido la boca y tampoco recuerdo verla a ella moverlos. Regresé de nuevo a esa consciencia, y ví muchas personas de toda clase de formas. No estaba sorprendido. Alguien me toca el hombro desde atrás. Despierto bruscamente con la leve sensación de que estoy haciendo algo mal. son las 4:57 de la mañana.

No puedo dejar de pensar en ella (la chica del sueño) y tampoco puedo dejar de pensar en las personas que vi ahí. Pero si puedo recordar haber oído a alguien decirme: "Tu niño va a desaparecer por el camino en que transitas en la tierra."
Mientras recuerdo los detalles que van desapareciendo cada vez que intento recordarlo, era el paraíso. Los colores eran muy vibrantes, las cosas eran muy bellas. Pero lo que mas recuerdo, es a la chica. Recuerdo claramente haber pensado en verme las manos y tratar de "cambiar" la forma del sueño, y pude ver mis manos, pero no logré cambiar nada. Logré ver mis pies y mi cara, era exactamente la misma, pero tenía una expresión de interrogación. Me veía bastante bien al lado de ella. Creo que eramos enamorados o algo así. Solo me queda decir, que mientras trataba de recordar, la realidad comenzó a borrarme todo atisbo de esperanza por volver. Aún así, tras nueve meses de haberlo soñado, no he dejado de intentar regresar a ese lugar, un edén de especies amables.